14 días son insuficientes para contar todo lo que se ha trabajado para poner en marcha el push contra las macrogranjas. Pero, 14 días han sido suficientes para hacer la mayor presión vista hasta ahora contra el insostenible modelo de ganadería industrial. Esperamos, de verdad, que todo este sudor y lágrimas dé resultados muy pronto. Lo necesitamos. Lo necesita el planeta. Lo necesitan los animales que “viven” en esas fábricas de carne, leche y huevos. Esperamos que estos 14 días sean el punto de inflexión, pero por si acaso, seguiremos trabajando hasta acabar con esta locura.

Empezamos el día 7 lanzando la campaña #NiMu, de la mierda de las macrogranjas no se dice NiMu, con un estudio pionero en el cuál calculamos por primera vez la contribución de la ganadería a la crisis climática por comunidades autónomas. Y la conclusión fue clara: más animales, más ganadería industrial, más emisiones. Esto fue para calentar motores y preparar el terreno para lo que vendría después, la primera Semana Estatal Contra la Ganadería Industrial.  En esta semana, donde participaron muchos colectivos y que fue apadrinada por la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial - de la cuál Greenpeace es parte -,  destacamos tres cosas: 

 

  1. El lanzamiento del informe “Macrogranjas, veneno para la España rural” el día 14. El ambiente ya estaba calentito (había salido nuestra primicia el 7 pero muchos otros trabajos antes) y el lanzamiento del informe tuvo mucha repercusión mediática;
  2. El día 15 se combinaron dos cosas, por un lado la celebración del Día Mundial de la Mujer Rural, donde desde Greenpeace dimos voz a 3 mujeres que luchan contra las macrogranjas y, algo nunca antes visto en España, la protesta contra las macrogranjas en más de 70 localidades a la vez. El rechazo social a este modelo es cada vez mayor;
  3. En el Día Mundial de la Alimentación pusimos el foco en el sector porcino industrial, sin duda el más problemático en España y anunciamos una investigación que estábamos ultimando y que hemos desvelado el día 21.

Se acabó la Semana de Acción, pero no nuestras protestas. El 19 nos plantamos en el Ministerio para la Transición Ecológica para entregar las más de 237.000 firmas contra las macrogranjas que habíamos recogido hasta el momento. No todo salió como queríamos, somos humanos y hay muchos factores externos que no controlamos, pero pudimos al menos entregar las firmas. De aquí va un agradecimiento MUY ESPECIAL a todas las personas activistas que lo hicieron posible. ¡Qué sería de Greenpeace sin las personas voluntarias y activistas!

El 21 rematamos el trabajo con lo que esperamos sea un broche de oro (escribo esto justo al calor del lanzamiento): queríamos mostrar a la gente lo que es una macrogranja por dentro, pero no una cualquiera. Elegimos la más contaminante del sector porcino, una explotación industrial que está en Castilléjar, Granada, y que puede “fabricar” hasta 651.000 cerditos al año. ¡Y quieren duplicar su producción! Tampoco era una macrogranja cualquiera porque pertenece al mayor productor cárnico de España, el Grupo Fuertes, más conocida por su famosa marca El Pozo.

Pero el trabajo no acaba aquí. Tenemos muchas cosas en preparación que a lo mejor no tendrán tanta visibilidad pública pero que seguirán hurgando en la herida. Es de destacar en particular el trabajo que estamos realizando con la Red Ciudadana de Vigilancia de la Contaminación del Agua por Nitratos, una red donde participan muchas entidades voluntarias y algunos grupos locales. Hemos venido utilizando algunos resultados parciales, pero cuando finalice el proyecto, que bautizamos como “Sin agua no hay pueblos. El derecho al agua limpia”, queremos darle más proyección. Así que hay que mantener la atención;-)