Las verdaderas soluciones para hacer frente a la explotación y la violencia que sufre nuestro planeta y las mujeres pasan por integrar feminismo y ecologismo. El ecofeminismo es la clave para encontrar una propuesta que dé salida a la crisis económica, social, ambiental, energética y de cuidados actual.
Las guerras, la contaminación o la pérdida de biodiversidad salen rentables al sistema capitalista. Sin embargo, la paz, la conservación de la naturaleza o los cuidados no quedan contabilizados de ninguna forma al no existir un intercambio monetario.
De esta forma, las políticas actuales ponen en el centro el dinero pero no la vida, de los seres humanos y del planeta. Y entre el conjunto de la humanidad, las mujeres son un colectivo vulnerable, sometidas a violencia estructural y perjudicadas por la degradación ambiental. Hay un vínculo entre la destrucción del medio ambiente y la violencia contra las mujeres. La competencia por recursos cada vez más escasos está exacerbando la violencia que sufren mujeres y niñas. (Informe de UICN, 2020)
¿Cómo entendemos el ecofeminismo?
El ecologismo sin enfoque de género no aborda los problemas ambientales en su dimensión real; y el feminismo sin demandas ecologistas deja fuera cuestiones fundamentales en la lucha.
Las organizaciones ecologistas debemos incorporar información sobre el impacto diferenciado de mujeres y hombres, y reconocer a las mujeres como agentes de cambio.
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