Galicia únese de novo baixo o berro "Nunca Máis"

Nerea Davila Ferreira
Nerea Davila Ferreira Guías GP • 29 novembre 2022

El 19 de noviembre de 2002 se hundía el Prestige frente a la costa gallega, cerrándose así el primer capítulo de la catástrofe y comenzando la verdadera tragedia; la cuenta atrás para la llegada de la gran marea negra había comenzado, y la sociedad civil dio el paso adelante que la protección de nuestra tierra necesitaba y se puso manos a la obra para intentar disminuir sus consecuencias. Después de una nefasta gestión por parte del gobierno, millares de personas voluntarias provenientes de toda la península y de parte de Europa, se unieron a la gente del mar y el resto de la sociedad gallega para limpiar este desastre, dando lugar a la primera gran alianza de organizaciones medioambientales, culturales, y de diversa índole, bajo el paraguas “Nunca Máis”, que serviría de ejemplo para futuras luchas medioambientales, y que todavía hoy sigue vigente.

Bajo este sentimiento de unión nos animamos los grupos de Galicia a llevar a cabo una acción conjunta con la que resaltar que “No olvidamos”, que todavía queda mucho trabajo que hacer si no queremos que una catástrofe de estas dimensiones se repita, y que como sociedad tenemos mucho que aportar para que esto sea así. Para ello, nos reunimos voluntas de todo el territorio, partiendo de Coruña, y pasando por Compostela o Vilagarcía, hasta llegar a Ourense, para desembarcar en Muxía, considerada la zona 0 de la catástrofe.

Ataviadas con los característicos monos blancos que inundaron nuestra costa durante aquellos meses, desplegamos frente al Santuario da Virxe da Barca el mensaje “Non esquecemos”, ya que pudieron pasar 20 años, pero podría volver a ocurrir, y no estamos dispuestas a que así sea.

Los gritos de “Nunca máis” volvieron a resonar, acompañados del viento y la lluvia que también azotaba la zona durante la catástrofe, viéndose multiplicados por los mensajes de apoyo que nos llegaban de voluntas que no se pudieron acercar, pero que estaban ahí con nosotras, igual que había ocurrido en su día.

De aquellas, una niña de 10 años se unía a la rabia colectiva gritando bien alto ese NUNCA MÁIS, y siendo hoy en día consciente de todo lo ocurrido, no puede más que sentirse agradecida por este movimiento, ya nada sería igual, y el impulso para luchar por lo más importante todavía sigue resonando, junto con ese grito.

Nin esquecemos nin paramos, 20 anos e parece que foi onte #NuncaMáis.

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