Encuentro anual del grupo violeta (y van tres)

Davinia Fernández Juan
Davinia Fernández Juan Greenpeace • 1 desembre 2022

El mes de noviembre nos ha traído frío, pero también nos ha juntado en Madrid para el tercer encuentro del Grupo Violeta, donde nos hemos podido arropar entre todas después de un año desde la última vez que nos vimos en presencial. Como toda buena volunta que se precie, conoce que los encuentros de Greenpeace suelen comenzar con una dinámica para conocernos mejor y romper el hielo.

En esta ocasión, fue un Bingo el que hizo que nos identificáramos mejor entre nosotras y que supiéramos cosas tan interesantes como quién ronca (importante si se comparte habitación). También hicimos una dinámica para compartir cómo hemos llegado al grupo, qué nos aporta y cuáles son nuestras expectativas.

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Después de entrar en calorcito, aterrizamos en nuestra primera parada: el Ecofeminismo en Greenpeace. Fue Nerea Ramírez, coordinadora del área de Ecofeminismo, quien dio la formación sobre el tema y nos brindó un espacio para plantear dudas y nos presentó el documento marco de la Sostenibilidad de la Vida.

El siguiente bloque de nuestra agenda ecofeminista, para tratar el protocolo de prevención y gestión de acoso dentro de nuestro sistema de integridad, fue a la vez amargo y necesario. Por desgracia, el patriarcado sigue siendo una realidad en nuestra sociedad actual, y hay que crear herramientas, como los protocolos, que nos ayuden a conocer cuál es el procedimiento ante estas actitudes.

Que se creara ese espacio de debate abierto ya es un gran paso que, como voluntarias agradecemos, pero no hemos hecho más que empezar. Como grupo, sacamos ideas, propuestas y puntos en los que creemos que debemos hacer más hincapié y poner más atención, las gafas violetas seguro que nos podrán ayudar a hacer del documento existente un verdadero protocolo con perspectiva de género.

El protocolo debe existir, crea seguridad, un marco, pero ojalá no fuera necesario acudir a él jamás.

Con el estómago lleno después de comer/merendar, escuchamos atentas el relato de Rosario Coll, parte integrante del proyecto Roots de Greenpeace, que juntó a un gran número de personas activistas venidas de todo el mundo en un campamento climático en Túnez, previo a la COP, donde se crearon diversos espacios de encuentro y crecimiento.

Profundizó en la parte de cuidados, en cómo se organizaron para que todo el mundo sintiera que estaba en un espacio seguro en el que, simplemente, juntarse y aprender unas de otras. Nos explicó las dificultades y cómo gracias a conocer a personas provenientes de diferentes países, se hizo patente que queda mucho camino por recorrer, pero que nada frena las ganas de crear un mundo en el que no se deje a nadie atrás.

El domingo abrimos el día con palmeritas de chocolate en una mano y en la otra, ganas de plasmar el Ecofeminismo en unos acuerdos grupales del Grupo Violeta que nos hagan más fuertes y cuidadas. En esta parte, hablamos sobre nuestra organización interna, expectativas del Grupo para el año 2023, reparto de roles y propuestas para llevar el Ecofeminismo a los grupos locales.

También tuvimos una sorpresa, y es que conectamos con el Rainbow Warrior, y pudimos charlar con Hettie, la capitana, y otras mujeres que son parte de la tripulación: Rosy y Simona. Hettie es la única mujer capitana en los barcos de Greenpeace, y con ellas pudimos hablar sobre sus propias experiencias y los retos que viven a bordo de los barcos. Nos quedamos con su mensaje de seguir nuestros sueños y superar todas las barreras

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Fotografía de Hettie Geenen

Durante el fin de semana se habló de privilegios, pero el mío fue poder compartir dos días con personas tan inspiradoras y admirables como mis compañeras de grupo, las que estuvieron presencial, online y las que ya no están.

 

Davinia Fernández Juan, voluntaria del grupo de Alicante y del Grupo Violeta