Desde el Equipo Rural-Energía os escribimos muy contentas para anunciaros algo muy importante: está más cerca que la energía sea un derecho y no un producto de lujo.

¿Cómo?

A través del Proyecto La Energía del Cole, el proyecto ganador fruto del maratón de inteligencia colectiva que organizamos el año pasado (Renovathon 2020), que tenía como objetivo innovar para encontrar soluciones ciudadanas que aceleren una transición energética  justa e inclusiva en manos de las personas. 

El proyecto lleva un año gestándose en el garaje renovable para convertirse en prototipo replicable y consiste en que los centros escolares se conviertan en puntos de generación de energía renovable y puedan abastecer al propio centro y a determinadas familias de la comunidad educativa con necesidades derivadas de su situación de vulnerabilidad energética, al tiempo que desde el centro educativo se realiza formación en ahorro, eficiencia y sostenibilidad del propio centro, de los menores y sus familias. Empoderamiento de la comunidad en el uso y producción de nuestra propia energía, retando a las dinámicas de poder del oligopolio energético.

¿Dónde?

Se concreta en el colegio público del municipio rural Arroyomolinos de León, Huelva.

El proyecto ha sido presentado al MITECO aspirando a servir como ejemplo concreto de comunidad energética local a replicar por toda españa

¿Por qué es importante justo en estos días?

Porque recientemente el proyecto ha salido con una plataforma de crowdfunding,  Goteo, para conseguir la financiación solidaria necesaria para hacer realidad un  proyecto que demostrará que la ciudadanía puede y quiere ser parte de la transición energética, convirtiendo la energía en un derecho y no en un producto de lujo.

Y dentro de este crowdfunding, queremos agradecer la implicación de los voluntas de la Red de educación que están contribuyendo a las recompensas con la realización de retos en los coles que lo demanden.

¡Apoya y difunde el proyecto! Tenemos 40 días para conseguir que sea un éxito.

Como dicen en el cole:

"Cultivaremos nuestra propia energía, como si fueran tomates. Y la repartimos de una manera justa."

Os lo cuenta mucho mejor María Prado en el post.