No hay nada que llene más el corazón de esperanza y motivación que ser testigo de lo que pueden lograr un grupo de personas comprometidas por la misma causa. La fuerza y la energía que resultan de hacer las cosas con amor y dedicación son tan poderosas como las olas del mar en plena tormenta, y lo del pasado 11 de junio se puede comparar a una de ellas. Solo que esta vez la tormenta trajo aires de cambio y mareas de revolución.

Y con ese ímpetu y  poder salimos en toda España cientos de voluntas a hacernos escuchar, a exigir un cambio, a decir ¡basta! Porque lo que está en juego es la base de nuestro hogar y la cuna de nuestra existencia. Bajo los mismos lemas “Salva los Océanos” y “Sin Peces no hay Océanos” durante 2 jornadas hicimos lo que mejor sabemos hacer como voluntarias de Greenpeace: dejar un mensaje contundente desde la no violencia e informar, porque la ignorancia es la fuente de todo mal. Desde lo micro a lo macro, aunque a simple vista no lo parezca, plantar esa semilla del cambio e iluminar por un momento la conciencia de las personas puede marcar la diferencia.

Impulsadas por esa certeza en todas las comunidades nos pusimos manos a la obra, no nos detuvo el calor, la lluvia o el viento. Tampoco las negativas de aquellos que no querían escuchar, porque fueron muchos los que si se detuvieron a hacerlo. Y como pasa siempre que se tiene una motivación muy poderosa la creatividad también surgió en los grupos: títeres, disfraces, decoración, pintura. Recogimos muchas firmas, logramos un impacto en las redes sociales y llegamos a oídos de cientos de personas.

Misión cumplida, por ahora, porque aún falta mucho camino que recorrer. Sin embargo, creo que debemos celebrar los pequeños logros, y esta actividad nacional es uno de ellos porque demuestra el trabajo, la dedicación, formación, comunicación y preparación que hubo de parte de todo el equipo de Greenpeace. Y por último, me quedo con la sonrisa de satisfacción e ilusión de todas mis compañeras en las fotos y videos de la actividad. Las imágenes valen más que mil palabras.

Debemos estar orgullosas del trabajo hecho y de haber llevado a las personas un poco de nuestra fuerza que se puede comparar a la del mar. Toda acción es importante, y cuando sientas que las negativas te hagan venir abajo, que tu aporte no marca la diferencia o dudes de la importancia de tu rol, recuerda que “El Océano no es más que una multitud de gotas” (David Mitchell).

Juntas somos imparables.

Gabriela Urdaneta

Grupo Zoe Hunter Madrid