Que sensación tan rara es sentir que no estás con gente como tú. Cuando nos vimos rodeados de gente tan galante, tan rica, y con tan poca conciencia social en la fiesta de los Premios de la Energía sentimos que nuestra elección de vida era la adecuada. Nunca podremos comprender a las personas cuya única valoración es el dinero; sin pensar en las demás personas ni en las consecuencias que sus negocios traen a la naturaleza. Hasta hubo un momento en el que sus discursos justificaban el seguir consumiendo combustibles fósiles como defensa a las personas vulnerables… ¿De verdad? Familias enteras sin poder calentarse en invierno mientras no paráis de incrementar vuestros beneficios y os atrevéis a mencionarlas…. La vergüenza ni la conocen.

No estuvimos nada nerviosas en esa selva de señores blancos, heteros, ricos con sus trajes de corte a medida. No dudamos ni un momento sobre quiénes éramos, ni lo que hacíamos, y suponemos que esto nos pasó porque en el fondo nos sentimos afortunados de no ser como ellos. Superiores a esas personas moral y éticamente, sentimiento que tampoco nos incomoda y no es prepotencia, solo es que nosotras tenemos empatía y pertenecemos a unas organizaciones mucho más divertidas, nobles, comprometidas, realistas y con conciencia de clase.

Si irrumpimos en ese acto fue simple y llanamente por que nos creemos con derecho a hacerlo, por que no vamos a permitir que estas empresas ecocidas sigan campando a sus anchas, y menos, quedarnos calladas al ver que un gobierno que se dice "progresista" se sienta en la mesa con esta lacra a compartir un menú con estrella michelín.

Al hablar con nuestros compañeros de mesa nos pareció todo muy divertido porque en el fondo todos nos mentíamos a todos, aunque no todo el bloque de activistas estábamos tan desenvueltas, pero la verdad que conseguimos mantener el tipo, nuestro papel no era más que el de sonreír, saludar y evaluar posibles beneficios que podrían aportarme todas esas personas y supongo que ellos pensaban lo mismo de nosotros, de hecho, todos preguntaron a algún activista el nombre de su empresa y su cargo. La única diferencia es que el beneficio que nosotras íbamos a obtener de ellos era más inmediato que el posible beneficio que nosotros le podíamos aportar a ellos, y así fue, ellos eran parte de nuestra tapadera.

Al salir Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, era nuestro momento. El momento de quitarnos nuestras caretas y salir al barro. Para algunxs de nosotrxs, sobre todo las más principiantes (pues era la primera acción que hacían), un momento de muchos nervios que desaparecieron en cuestión de segundos al ver que nuestro plan había salido bien. La ilusión nos salía por las orejas, y las personas sentadas en las mesa hacían comentarios entre la sorpresa, incredulidad, estupefacción y algo de desprecio por las palabras de las compañeras: “son los premios de la vergüenza”. 

Mientras nos echaban de la sala a las que aún seguían dentro con una sonrisa que podría eclipsar a la del joker se giraron hacia ellos y con un “¡buenas tardes!” acompañado de un gesto con la mano se despidieron y sus caritas eran de no saber que estaba pasando. Hubiéramos pagado la mitad de uno de sus sueldos millonarios por ver la cara que pusieron al ver que los demás compis entraban con sus ruidos, caretas y arrojando dólares, pero a esas alturas ya estábamos felices por las calles de Madrid.

Aprovechamos para explicar que toda esta acción han sido un proceso muy arduo de trabajo y no solo hablo de la organización, preparativos, comida y un gran etc. que seguramente los que nos encontramos el trabajo ya organizado nunca sabremos cual duro ha sido organizarlo. Pero si vimos estar trabajando desde la mañana hasta noche y no hasta las nueve, sino a más de la 1 y estas líneas las quiero dedicar a esas personas que han sabido hacer un trabajo muy duro para que esta fiesta salga bien. Hubo muchos palos en las ruedas, muchas iniciativas que no salieron, muchos puntos de vista, sensibilidades diferentes, pensamientos contradictorios… y queremos decir que se tomaron las decisiones adecuadas y se hizo lo correcto. Todo dentro de lo que el espíritu del cambio social usando las acciones no violentas y conseguir los objetivos de repercusión social. Gracias a esas personas por ser tan luchadoras.

 

Álvaro Ferreira de Solidaridad Obrera, Pablo Sallabera de Fridays For Future y, Clara Sainz y Jose Manuel Gonzalez de Greenpeace Córdoba


De regalo, os dejamos por aquí este temazo compuesto por la artista Caliza para este evento.