El grupo local de Pontevedra decidimos que queríamos celebrar el tratado global de los océanos, así que el 22 de abril aprovechando que era el Día de la Tierra, salimos a las calles a celebrarlo. El evento tenía como eje principal un cinefórum con la proyección de "Santuario" de los hermanos Bardem. 

Empezamos el día poniendo una mesa informativa por la mañana; una mesa muy variada, informamos a la gente que por la tarde íbamos a proyectar el reportaje, pero también hicimos cuentacuentos, pegamos tattoos, recogimos firmas en contra de la minería submarina y animábamos a la gente que mostraba interés, que se hiciera volunta y participara con nosotras de este tipo de salidas.

La mañana fue intensa pero muy agradable: la gente estaba receptiva y nosotros con toda la energía. Salió tan bien que fue muy reconstituyente.

Luego nos fuimos a comer todas juntas y ahí comentamos anécdotas, curiosidades que nos habían ocurrido por la mañana. Estábamos nerviosas porque el cinefórum era indeciso, podría venir gente o no. ¿Y si no venía nadie? ¡Madre mía qué nervios! Para más intriga había fútbol. ¡Celta-Real Madrid, nada menos! Habíamos trabajado mucho en la preparación y la difusión, pero nunca sabes si la gente se va a animar o no.

Por la tarde volvimos a colocar la mesa justo delante del Salón García donde íbamos a hacer la proyección y cuál fue nuestra sorpresa cuando empezó a llegar gente y más y más. Se nos veía la alegría en la cara, nos mirábamos entre nosotras con miradas de complicidad. Fue muy emotivo.

El reportaje de los hermanos Bardem termina con casi 3 millones de firmas pidiendo la protección de los océanos pero con una negativa por parte de la ONU. No hubo acuerdo. No hubo tratado.

Después dimos una pequeña charla y pensamos que la mayor parte no se quedaría a escuchar el coloquio. ¡Nadie se levantó de la silla!

Cuando le dijimos a las personas asistentes que llevábamos más de 5'5 millones de firmas, que este año por fin sí habíamos conseguido un tratado global de para los océanos y que parte de esas firmas eran de ellos, la gente se puso a aplaudir, de esos aplausos que te llegan al alma. Fue tan  emocionante, tan bonito.

Las victorias se deben celebrar

Cuando conseguimos una victoria como el tratado global de los océanos u otras más pequeñas, estas victorias hay que celebrarlas, porque no son muchas las que conseguimos. Así que cuando el barco llega a puerto tras 20 años navegando, hay que recibirlo como se merece, hay que celebrarlo, porque esto nos empodera, nos da fuerza y ánimo para seguir adelante, para seguir luchando, porque a veces sí se puede, a veces lo conseguimos y cuando lo conseguimos es mágico.

No sé qué haremos el próximo 8 de junio Día mundial de los océanos. Yo propongo celebrarlo en todos los grupos locales. Nos lo merecemos, nos lo hemos ganado.